Es importante resaltar la pasión que el vino está despertando
en todo el mundo y que esta bebida refleja cada vez más la cultura
de cada uno de los pueblos y su capacidad de discutir y de afirmar
la evolución y el posicionamiento cultural, sirviendo para comparar
el nivel cultural y social de cada país, lo que no ocurre con otras
bebidas.
Del prólogo de Ceferino Cimadevilla Alonso
Presidente Asociación Asturiana de Sumilleres
Xuan Cándano siempre ha guerreado contra “los tipos con tragaderas, sin principios, que ganan dinero y pierden dignidad” cumpliendo el deber revolucionario del gran escritor, que es escribir bien. No hay palabra mal colocada (aunque no sea un camino llano, con mucha curva de Alsa, subidas y bajadas) porque básicamente la gente que piensa bien, escribe bien. Así que usted déjese llevar por esta prosa cuidada sobrevolando con mucho gusto localizaciones de nuestra infancia, fronteras fluviales, verbenas y fiestas de prau. Nuestro autor, además, vive bien porque la buena vida es una forma de pensar. Y así, es un lujo dejarse llevar; al trote, nadando por el Cantábrico o haciendo flashback en autocar.
(Del prólogo de Maxi Rodríguez)
Habitar la belleza. Testimonios de una vida en el campo se propone como reflexión sobre las distintas formas de habitar la aldea, en contacto con la Naturaleza y con la cultura que la ha transformado. Los autores aquí reunidos tienen en común que proceden de un medio urbano y han buscado en el campo un lugar de inspiración, una forma de vida, un ritmo vital distinto al que ofrece la ciudad. A través de estos relatos quedan definidas algunas formas de vida, observaciones, experiencias y reflexiones críticas, que sirven para comprender al nuevo habitante rural. La percepción que este tiene del espacio, es necesariamente distinta de quienes han nacido y planificado su futuro inmersos en una economía y en unas formas de vida agrarias. Los autores aquí reunidos, desarrollan actividades que no guardan relación con las del campesino tradicional, sus intereses difieren también de aquellos que desempeñan trabajos agropecuarios, más o menos intensivos e industrializados, en explotaciones concentradas en los márgenes de las aldeas o dentro de ellas. Comparten con el campesino el territorio y los ritmos de la Naturaleza, pero su punto de observación es otro. Esto permite comprender otras realidades y analizar la cultura rural desde nuevos horizontes.
Bierzo criminal, nos introduce en la dimensión más perturbadora de la mente humana, con los relatos de diecisiete autores que toman prestados diferentes escenarios de El Bierzo para escenificar unos crímenes de ficción. Se inspiran en el territorio berciano para rememorar unas veces, o potenciar otras, la posibilidad evocadora de la comarca. Un título que continúa en la línea de Misterio en El Bierzo, y que pretende indagar en los aspectos más desconocidos de un territorio tan bello como enigmático.
La actual dificultad para crear nuevos mitos cinematográficos globales sólidos, para dar continuidad una cierta idea llamémosle “clásica” de mitificación. Y la dificultad para que algunos de esos mitos clásicos sobrevivan en un mundo en el que la atomización perceptiva se impone cada vez más y las figuras míticas sobreviven como náufragos perdidos en islotes generacionales. Náufragos a la espera de que alguien venga a rescatarlos, bien sea para abrazarlos y cantar sus alabanzas en los términos de siempre; bien sea para derribarlos de su pedestal y desterrarlos; o bien sea para otorgarles nuevas significaciones y descubrir en ellos aspectos insospechados.
Comparecen en estas páginas grandes escritores y escritoras (a veces también cineastas) al rescate de esos náufragos del mar(asmo) audiovisual del presente. Y comparecen, entre otros, náufragos de carne y hueso del viejo Hollywood (John Wayne, Marilyn Monroe); mitos ficticios (y resonantes, como Marcello Rubini y Jep Gambardella); cineastas del desasosiego (Fritz Lang, Michael Haneke); o auténticos gigantes del cine español (Carmen Maura, Fernando Fernán Gómez).
Del prólogo de Alejandro Díaz Castaño, Director del
FICX – Festival Internacional de Cine de Xixón
No hay exhortación, sermones ante hechos tan consumados relatados
aquí con la elocuencia de las palabras plenas de intención. No hay
colores que distraigan el repaso existencial de este campo de batalla
que es la vida. Y el blanco y negro de las fotografías de Malin Ellisdotter
no hacen más que subrayar con la quietud del lago, de las naturalezas
muertas y la soledad… Y con los miedos que las habitan.