NUESTROS GÉNEROS

La prosa más relevante y nuestra

Las rimas más trascendentes

¿De humor intelectual?

Hermosas estampas de nuestros artistas

Los dibujos de Alternativas

Desafían toda clasificación

Más bien del revés

15.00

Xuan Cándano siempre ha guerreado contra “los tipos con tragaderas, sin principios, que ganan dinero y pierden dignidad” cumpliendo el deber revolucionario del gran escritor, que es escribir bien. No hay palabra mal colocada (aunque no sea un camino llano, con mucha curva de Alsa, subidas y bajadas) porque básicamente la gente que piensa bien, escribe bien. Así que usted déjese llevar por esta prosa cuidada sobrevolando con mucho gusto localizaciones de nuestra infancia, fronteras fluviales, verbenas y fiestas de prau. Nuestro autor, además, vive bien porque la buena vida es una forma de pensar. Y así, es un lujo dejarse llevar; al trote, nadando por el Cantábrico o haciendo flashback en autocar.
(Del prólogo de Maxi Rodríguez)

Esperando a Montgomery

ESPERANDO A MONTGOMERY nos permite, por un lado, rememorar una literatura que cabría definir como «literatura de la espera», donde sobresalen obras capitales como Esperando a Godot, El desierto de los tártaros o El coronel no tiene quien le escriba.
Pues bien, en su nueva novela, Fonseca nos mantiene divertidamente expectantes ante la demorada llegada de una ilusión: un figurado director de cine llamado Montgomery.
Por otra parte, y en un alarde de imaginación, la novela —periplo fantástico, tras los pasos del espectro de Edgard Allan Poe, que a la postre no es más que el espectáculo ofrecido por la médium norteamericana Lizzie Doten en el teatro Filarmónica— nos presenta la fantasiosa existencia de un grupo de inventados personajes que representan a los miles y miles que, habiendo sido llamados para formar parte de una novela o un cuento, quedaron relegados al olvido por descarte del escritor que los había pergeñado.
A éstos, Fonseca los denomina «personajes nonatos», y en torno a ellos el autor crea una historia de mágicas consecuencias.
Para nuestra sorpresa, entre esos desechados encontraremos al irrelevante personaje de Bioy Casares llamado, precisamente, Fernandito Fonseca, con lo que el autor pasa a formar parte igualmente de tan peculiar elenco. Toda una pirueta literaria, tan
sorprendente como divertida, de amenísima lectura servida con el estilo inconfundible de Fernando Fonseca.
PVP: 18,00€
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