Leer huesos
€12.00-Despertad, qué habéis hecho…
Cuando los dioses se avergüenzan de sus hijos
les hablan por primera vez,
carne soñada en limo,
deshaciéndoles de un suspiro
€12.00
-Despertad, qué habéis hecho…
Cuando los dioses se avergüenzan de sus hijos
les hablan por primera vez,
carne soñada en limo,
deshaciéndoles de un suspiro
Escribí este libro de rodillas sobre chapas de metal, con herramienta en la mano, escondido en el baño de una fábrica, espiado por cámaras. Escribí este libro en largas noches de insomnio en mi casa, en habitaciones de hotel. Lo escribí sentado en asientos traseros de coches, en bancos de piedra y madera humedecidos por el rocío. Escribí estos versos drogado casi en trance, borracho perdido y con resaca en mañanas de sábados y domingos. Creé estas líneas después de reír con amigos, de llorar y de apretar los dientes y los puños. Escribí este libro con mascarilla quirúrgica, con medicamentos y dolores de todo tipo. Lo llené de recuerdos, de ira, de sangre, de espuma de mar y de lluvia que nunca cesa. Escribí este libro con los pies en la arena, en el barro, en la hierba, en el acelerador y con las manos en el volante. Escribí este libro con los ojos puestos en las montañas, en el cielo, en las luces de la ciudad, en su gente, con la mirada en la Bahía. Escribí este libro después de escuchar y leer a grandes poetas que me hicieron pensar y replantearme todo, después de estar contigo…
Escribí este libro para todxs vosotrxs…
Javier Perales Valdés
El libro está escrito durante el confinamiento de la Covid-19 que supuso una clausura del cuerpo: no podíamos dar un abrazo, un beso, posar la mano en el hombro de un amigo o
visitar a un familiar enfermo. El libro es una reivindicación del cuerpo: me detengo en el verde silencio de tus ojos y mi corazón es una liebre acorralada por la luz. El cuerpo no habla y nos vamos quedando sin lenguaje. La naturaleza que es el lugar originario de lo humano es el espacio semántico desde donde se construyen los poemas. Necesito un rostro para seguir amando el mundo, un río que fluya incesante, un pájaro para sentirme libre, un abedul con nieve. Una brisa de nostalgia recorre las ramas del poema y mece las hojas del deseo de otra piel, como si el poema tuviera dedos en vez de palabras en una escritura no gramatical. El poemario es una lectura sacramental del mundo que busca el último sentido de lo humano en el cálido lenguaje de las cosas pequeñas.
Yo pondré cada mañana arroyos en tu piel
para que podamos beber el agua de la vida,
en la pura desnudez del río
Lector, este poemario es una puerta abierta al yo más profundo de Ruvalle. Asomarse a él es como asomarse a un diario secreto, donde se desnuda, se comparte con el mundo con elegancia y una tremenda generosidad, haciendo que conectes con ella y que te encuentres a ti mismo en sus palabras y vivencias. Si tuviese que describirlo en una sola palabra, diría que este poemario es un auténtico regalo. Un regalo.
Espero que los lectores sepan llevarse ese trocito de Ruvalle a sus mundos íntimos, y que lo guarden como un tesoro, para que, cuando necesiten volver (y volverán, pues todos volvemos a nuestros refugios cuando lo necesitamos), puedan hacerlo como la primera vez, perdiéndose y reencontrándose en este (su) laberinto de emociones.
(Del prólogo de Paula Ruiper)
El combate melancólico es un ejercicio de memoria inagotable de las batallas libradas para que la Historia se justifique a sí misma. Un aliento de libertad que arenga al lector. La poesía recupera y revisa sobre el polvo para evocar la dignidad del sueño, de regresar a la tierra perdida. El paisaje que muere y renace, hecho fértil por el poeta. Ignaciu Llope traza en sus versos la alargada luz de la esperanza.
Lauren García
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